17 sept 2008

PARAÍSO DE LOS EXPLOTADORES E INFIERNO DE LOS TRABAJADORES

Declaración de la Organización Colombiana de Estudiantes. Cali, Sep 16 de 2008

Desde la década de los noventa, obedeciendo las imposiciones de los organismos multilaterales de crédito y la OMC, orientados por los EE.UU., los gobiernos de turno, han venido encausando la política agropecuaria colombiana a la especialización de materias primas agrícolas en detrimento de los cultivos que por definición constituyen la dieta básica de los seres humanos como el arroz y el maíz. Hoy son los productos tropicales (mango, maracuyá, pitahaya, café, caña de azúcar y aceite de palma) a los que se les da una sobredimensionada importancia y son los que, mediante venta en los mercados externos, generaran el dinero para comprar los productos básicos subsidiados que llegan de las naciones ricas.

El caso particular de la caña de azúcar merece una atención especial, pues lo que se cumple allí es la política de conversión de una agricultura para producir comida hacia una agricultura para producir energía. Este es el negocio, conocido como agrocombustibles, que ha contado con ingentes subsidios del Estado para poder llevarse a cabo. Son aproximadamente cien millones de dólares anuales que se le entregan a solo tres familias del Valle del Cauca dueñas de los ingenios que se han metido al negocio. ¿Quienes son los sacrificados para poder financiar este negocio? Por supuesto, terminan aportando tanto los agricultores, los trabajadores, los consumidores como el mismo Estado. Incluso nosotros, los estudiantes, ponemos nuestra cuota mediante el recorte que en términos de financiación se le hace a la educación pública. Para subsidiar tan gigantesco negocio es necesario reducir el presupuesto que se orientan hacia la educación y otras inversiones de carácter social.

Los subsidios mencionados fueron adjudicados a los ingenios por parte del gobierno nacional para generación de empleo como supuesta justificación. Sin embargo, además de continuar con la aplicación de la ley 50 de 1990, sobre flexibilización laboral, y la actual política de las Cooperativas de Trabajo Asociado, dos herramientas perfectas para burlar el salario de los trabajadores, se ha incrementado el desempleo por la acelerada mecanización del corte de la caña. La sobre explotación de estos obreros es ejemplo vivo de lo que Carlos Marx denominaba “esclavos modernos”. Estos trabajadores carecen de atención en salud, se les desconoce las pensiones, trabajan por 5.713 pesos el corte de una tonelada de caña, les roban en el peso y mediante el descuento de la materia extraña, Todo esto sucede con la complicidad del gobierno nacional y de los grandes medios masivos de información que ante la inminencia del paro se colocaron al lado de los ingenios azucareros y amedrentan y descalifican a los corteros de caña y sus organizaciones sindicales.

¿Debe el estudiantado univalluno denunciar tan insólita situación? Creemos que es justo y necesario. Los estudiantes debemos de servir de caja de resonancia y solidarizarnos con la justa causa de los corteros de caña. Esta batalla hace parte de la lucha por la soberanía alimentaria del país Debemos hacer conciente a la comunidad universitaria la resistencia de este sector y difundir su pliego de peticiones:

-Seguridad social para los corteros
-Salud y Educación para sus familias
-Contratación directa para los obreros
-Atención efectiva y real a las incapacitados por enfermedades profesionales y reconocimiento de las pensiones de invalides.

Hacemos un llamado para que los estudiantes nos sumemos a las tareas diarias programadas para dar cumplimiento al paro. Acercarse al punto de concentración en la Universidad del valle en SINTRAUNICOL para ayudar en la labor de recolección de víveres y ayudar con las labores de difusión por medio de saloneos y pancartas.

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