Intervención del senador Jorge Enrique Robledo en el debate sobre la ley de presupuesto de 2011, plenaria del Senado, 20 de octubre de 2009.
La pérdida de la calidad es manifiesta, por culpa en buena parte de la Ley 30 de 1992, que privatizó la educación superior. Déficit de 650 mil millones de pesos. El gobierno amplió los cupos, pero no aumentó en la misma proporción los recursos. Agrava el problema que sea el Icetex el que los maneje.
Comienzo expresando mi coincidencia con los análisis hechos por la senadora Gloria Inés Ramírez, vocera del PDA. Y paso a enfatizar un par de aspectos. Lo primero, aprovechar para contarles a los colombianos, a quienes estén interesados, que el debate sobre el horror de Agro Ingreso Seguro, AIS, que se iba a hacer hoy, quedó para dentro de ocho días.
Y lo segundo, el tema de las universidades que hoy conmociona al país y con las que expreso mi solidaridad. La semana pasada se movilizaron por decenas de millares los estudiantes y los profesores. Los rectores de las universidades públicas han pagado además avisos en la prensa señalando la crisis que padecen. Y el contralor general de la Nación ha hecho lo propio. Empiezo por hacer énfasis en la gravedad de una crisis que vive toda la educación superior pública, crisis que ASPU, la Asociación de Profesores Universitarios, contabiliza en el orden de 650 mil millones de pesos, y esto a pesar de que las universidades públicas llevan ya mucho tiempo aumentando matrículas, deteriorando la calidad, reduciendo las buenas formas de contratación del profesorado con el propósito de disminuir costos y allegar nuevos ingresos, en buena medida en detrimento de la calidad de la educación.
Estamos hablando de un sector educativo que viene siendo estrangulado desde el año 1992, cuando en los inicios del neoliberalismo se aprobó la ley 30, que establece de una u otra manera la privatización de la educación pública. Quiero subrayar la gravedad de la pérdida de la calidad que se vive por cuenta de estas políticas privatizadoras.
Fui por casi treinta años, señor presidente, profesor de tiempo completo en la Universidad Nacional de Colombia, en la sede de Manizales, y conozco en detalle el drama que están viviendo los claustros de educación superior.
Y se moviliza el estudiantado, y se moviliza el profesorado, y hablan los rectores, y habla el contralor, y la respuesta que el gobierno nacional les está dando en el actual presupuesto es por completo insuficiente, así se trate de un problema gravísimo que no solo afecta a los pobres y a las capas medias de Colombia, sino que lastra el desarrollo nacional. La plata presupuestada, del orden de cien mil millones de pesos, si es de verdad la cifra a la que se llega, no resuelve el problema gravísimo que estamos viviendo.
Pero lo más grave es la decisión del gobierno de dirigir a través del Icetex una parte fundamental de estos recursos. El Icetex es una institución de crédito educativo que les presta lo mismo a quienes estudian en las universidades públicas que a las privadas. Luego fácilmente esos recursos se están aprobando hoy de manera engañosa, porque van a terminar el día de mañana, no respaldando el presupuesto que necesitan las universidades públicas, sino financiando de manera indirecta y con recursos públicos a las universidades privadas, que en muchos casos son negocios como cualquier otro y que funcionan con unos niveles de calidad bastante mediocres en la casi totalidad de los casos.
Se trata de un problema gravísimo que ha movilizado a Colombia y de un gobierno que en buena medida es responsable de la crisis, porque de manera irresponsable la actual ministra de Educación y el presidente Uribe impusieron en las universidades la ampliación de la cobertura, de los cupos, sin aumentar en la misma proporción los recursos, hasta el punto que ha terminado por colapsar el sistema.
Termino entonces diciéndoles a los profesores y a los estudiantes y en general a los colombianos que no se hagan ilusiones con este presupuesto. De aquí no va a salir hoy una solución a esta crisis. Cuando mucho se va a aprobar una suma que tiene bastante de demagógica para permitirles a los amigos del gobierno salir a sacar pecho y a conseguir votos entre las gentes confusas, metiéndoles el cuento de que el problema está resuelto. Lo que quiere decir, y preparémonos para ello, senadores y senadoras, que la crisis se seguirá profundizando y la movilización y la resistencia van a seguir aumentando, porque es apenas obvio que allí donde las cosas no funcionan los estudiantes, los profesores, los padres de familia y los colombianos sigan protestando.
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