Federación Nacional de Profesores Universitarios, Bogotá, marzo 14 de 2011
El jueves pasado, 10 de los corrientes, el Presidente Juan Manuel Santos llevó a cabo el “lanzamiento del Proyecto de Reforma de la Educación Superior”, en ceremonia realizada en la casa de Nariño, ante un seleccionado grupo de invitados, como preámbulo a la presentación del articulado del proyecto de Ley que reemplazará a la Ley 30 de 1992, entregado por la Ministra de Educación, María Fernanda Campo al día siguiente en un hotel de la ciudad capital.
Como lo habíamos advertido con anterioridad, la propuesta gubernamental apunta a profundizar el modelo vigente, caracterizado por la concepción de la educación superior como mercancía, que conlleva a su privatización a través de múltiples formas, ahora llevada al extremo de permitir la existencia de Instituciones de Educación Superior con ánimo de lucro y reclamar la inversión del sector privado en las instituciones de carácter público, a la par que se intensifica y amplía el sistema del crédito para la financiación de los estudiantes y de las instituciones.
En materia de aporte estatal se mantiene la fórmula planteada en el proyecto de reforma presentado por el gobierno anterior, que hemos calificado como insuficiente y se insiste en el condicionamiento de su asignación al avance en la aplicación de políticas nefastas, mediada por el cumplimiento de indicadores de gestión y sesgado hacia programas, modalidades y tipologías acordes con los lineamientos del mercado del trabajo que requiere mano de obra abundante y con niveles medios de calificación para que sea barata.
Es indudable que la reforma reforzará y agudizará la tendencia de degradación académica de la educación superior, una de cuyas causas y manifestaciones es la precarización de las formas de reclutamiento, selección, contratación y asignación de labor académica a los docentes, que para las universidades públicas se ubica en una cifra cercana al 80% en contratación temporal, lo que además de miserabilizar el ejercicio de la profesión, bajo el salario del miedo establece regímenes administrativos clientelistas y la entronización de la politiquería y sus métodos en los claustros universitarios.
Convocamos a nuestras organizaciones filiales y al profesorado universitario a profundizar en el análisis crítico del proyecto de reforma, a denunciar su contenido retardatario y la entrega de la suerte de la educación superior en el país al capital financiero y a las multinacionales de la educación. Las universidades deben convertirse en escenarios permanentes de debate. Para ello FENALPROU ha colocado en su página WEB, a disposición de la comunidad universitaria y de la sociedad, las memoria del simposio nacional “Universidad, Estado y Sociedad”, realizado en Bogotá a finales del mes anterior, en el cual se avanzó en la discusión sobre el modelo de Educación Superior que hoy se pretende profundizar y que sin duda constituyen un importante referente para la discusión.
Invitamos a la comunidad universitaria, al movimiento social y popular a cerrar filas en torno a la defensa del carácter público de la educación superior y a reclamar del Estado su financiación total y oportuna, así como garantías para el ejercicio cabal de la autonomía que nos es propia.
Gonzalo Arango J.
Presidente
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