27 oct 2012

CONFORMAR UNA GRAN RESISTENCIA ORGANIZADA PARA TRANSFORMAR LA EDUCACIÓN DE COLOMBIA

Ponencia de la Organización Colombiana de Estudiantes en el Encuentro Nacional de Estudiantes de Secundaria, Bogotá 20 y 21 de octubre.


Un cordial y fraterno saludo a todas y todos los estudiantes presentes a nombre de la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE).

Desde Egipto hasta Chile, desde Chicago hasta Londres, durante 2011 y 2012 en el mundo se han librado las más justas luchas por recuperar el bienestar que este modelo económico y político arrebata día tras día a los estudiantes, trabajadores, agricultores, industriales y en general a toda la población. En este marco, ha sido central la defensa del derecho a la educación, entendiendo que el progreso social está atado en buena parte al grado de desarrollo que el conocimiento alcanza en una sociedad y que por ende el futuro de las naciones depende en gran medida del manejo que le den a sus sistemas educativos.


En Chicago los trabajadores docentes acaban de dar una fuerte batalla contra la reforma de Obama referente a la educación, porque buscaba imponer unos parámetros de falsa excelencia condicionando la educación pública y profundizando el camino hacia la privatización. La huelga contó con la aprobación de la población laboriosa de Chicago, y a ella se sumaron padres y alumnos, quienes participaron en todas y cada una de las marchas y diferentes tipos de movilización convocados por los trabajadores de la educación, situación que obligó al gobierno a entablar una negociación con los trabajadores y posteriormente al levantamiento de la medida[1].

En Chile los estudiantes llevan dos años luchando contra un modelo de educación que les arrebato toda posibilidad de acceder a la enseñanza de las más altas calidades y con posibilidades de acceso para todos, este movimiento ha contado con el apoyo de la gran mayoría de la población, tanto así que llegó a poner en peligro la estabilidad del presidente Sebastián Piñera y en general, ha sido un ejemplo para los estudiantes del mundo, no solo universitarios, puesto que desde sus orígenes se vio una gran participación de los estudiantes de secundaria quienes han sido determinantes en este proceso.

Colombia atraviesa por una grave crisis, auspiciada por un modelo político que les ha permitido a Organismos Internacionales como el FMI, el BM y el BID, así como a Estados Unidos interferir en todos espacios económicos y sociales de la nación, con el fin de garantizar los intereses de las grandes multinacionales y el capital financiero internacional en contravía del interés nacional que vela por el desarrollo de Colombia y el bienestar de toda su población.

Colombia es el tercer país del mundo con mayor desigualdad social y según el DANE cerca del 50% de la población es pobre, el 70% de los trabajadores está la informalidad y el desempleo aumenta. La situación de la juventud es cada vez más desalentadora, el desempleo juvenil en América Latina que es del 14,4% supera el promedio global y Colombia sobresale al ser unos de los peores de la región con más del 20%, además la informalidad juvenil alcanza el 60%, lo que ha llevado a algunos analistas afirmar, que esta es la generación “Sin Futuro”.

Las garantías sociales de la población son cada vez peores, el sistema de salud pública está al borde del colapso, gracias a la Ley 100 que convirtió la vida de los colombianos en un gran negocio que le permitió a las EPS lucrarse abismalmente, además convirtió la pensión en una posibilidad casi inexistente y a nuestra generación en una ilusión inalcanzable.

Los presidentes colombianos cumpliendo fielmente con las orientaciones de Washington, privatizaron las empresas estatales, se entrego el agua, la luz, las comunicaciones y los recursos naturales a las grandes multinacionales. El “libre comercio” que comenzó en los años 90 con la apertura económica acabó con la industria y el agro nacional; la política de la confianza inversionista ha convertido al país en un paraíso de la explotación minera a gran escala, donde las grandes empresas extrajeras saquean la riqueza de nuestra nación, deterioran el medio ambiente, obtienen ganancias gigantes y al país prácticamente no le corresponde nada.

El actual Presidente Juan Manuel Santos, sin lugar a dudas, es el mejor representante de estas políticas, ha convertido como eje estructural del país la política minero-energética con el argumento del aumento del trabajo, cuando este sector solo genera el 1% del empleo del país. Además ha firmado el fin de la economía nacional por medio de los Tratados de Libre Comercio, no solo con Estados Unidos, sino también con la Unión Europea, Canadá, Corea del Sur, Turquía y se avecinan acuerdos con China y Japón, sepultando así el futuro de la industria y la agricultura colombiana.

La realidad que vive la educación colombina esta en concordancia con todo lo señalado, la educación básica y media al igual que la superior ha venido viviendo una serie de recortes presupuestales que ponen en peligro su subsistencia, lo anterior se evidencia con los recortes a las transferencias territoriales de 2001 y 2007 que le disminuyeron a la educación, la salud y el saneamiento básico cerca de 79 billones de pesos. Es por esta razón que hoy encontramos a lo largo y ancho del país instituciones educativas cuya infraestructura es lamentable, las instalaciones son nefastas y el equipamiento es insuficiente. A lo anterior se le añade el aumento de la privatización de la educación pública por medio de la implementación de la concesión y los convenios públicos-privados. El primero es cuando la infraestructura pertenece al Estado y se le da a un privado para que lo administre, el segundo es cuando el Estado acuerda con instituciones privadas para que estas eduquen a los estudiantes del sistema público y les giran los dineros, siendo una forma de negociar con la educación de los jóvenes colombianos. La calidad se ha visto cada vez más degradada mediante la incorporación de las competencias, la estandarización de los contenidos y la articulación, cuyo principal propósito es adecuar el aparato educativo nacional para la formación de personas que le sirvan al modelo de país impuesto desde afuera, que beneficia a las multinacionales y el sistema financiero.

Esta radiografía de la situación nacional es necesaria para determinar el futuro del Movimiento Estudiantil de Secundaria, no es solamente un problema, ni una política a la cual nos enfrentamos, es todo un modelo educativo que le corresponde un modelo de país, ambos contrarios a los intereses de la mayoría de la sociedad. Ante esta gran dificultad, nuestra respuesta debe ser de las mismas magnitudes, razón por la que debemos organizarnos, ahondar en esfuerzos que unifique a los estudiantes secundarios de todo el país, debemos manifestar nuestra voluntad política para avanzar en una apuesta gremial que recoja las necesidades más sentidas de los jóvenes colombianos.

Este Encuentro le surge la necesidad de marcarle el rumbo organizativo al movimiento estudiantil de secundaria, pero también en sentar reivindicaciones que sean consenso entre todos, apuntando a solucionar los problemas de la educación en Colombia y que se constituyan como la base programática que nos unifica y sobre la cual avanzamos en la construcción gremial. Nuestra mayor tarea de movilización es darle vida a estos objetivos en cada una de las regiones, articulándonos con las expresiones organizadas que defienden la educación como derecho, es el caso de FECODE y de la MANE. El primero baluartes de las luchas del magisterio colombiano y que actualmente promueven el referendo por la educación como derecho, y el segundo el referente organizativo de estudiantes universitarios de todo el país quienes bajo un programa único tumbaron una reforma privatizadora y construyen hoy su Ley Alternativa de la Educación Superior. Esta unión nos ayudaría a configurar un gran frente que confronte con fuerza y suficiencia al gobierno nacional y su política educativa, para así alcanzar la victoria.

Este encuentro es el comienzo de un gran proceso que busca cambiar el futuro de los jóvenes del país, para reversar las nefastas políticas que afectan al conjunto de la sociedad colombiana y garantizar de esta forma que los colombianos y colombianas podamos algún día gozar de una educación nacional, científica y democrática que consolide a Colombia como una nación realmente soberana y democrática.

Organización Colombiana de Estudiantes (OCE), Secundaria.

[1] http://www.diariolarepublica.net/2012/10/chicago-la-lucha-de-los-trabajadores-docentes/

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