Hoy son muchos los aspectos que debemos cambiar de la universidad pública para tener excelencia académica, calidad, autonomía, bienestar universitario integral, mejoramientos en infraestructura, aumentó de planta docente, investigación en todas las áreas del conocimiento y aportar al desarrollo del país. Pero quizá el más importante de ellos sea un cambio estructural en el modelo de financiación actual, que desde su nacimiento con la Ley 30 de 1992, condenó a las universidades a la autofinanciación y asfixia presupuestal, tal como se encuentran hoy a más de dos décadas de entrada en vigencia de la ley, ejemplo de ello es que en 1993 el porcentaje del PIB destinado para educación superior fue de 0,50% y en 2011 fue tan sólo de 0,47%, mientras que en este último año el aumento de estudiantes matriculados fue de 250%, lo que refleja un desbalance abismal.
Como lo ha señalado el Sistema Universitario Estatal -SUE- “los crecimientos han llegado ya a su límite y no resisten ningún crecimiento adicional”[1] lo que evidencia la crisis por la que atraviesan las universidades públicas, la cual requiere para solventarla de 18.72 billones con los que se aumentaría el número de docentes, administrativos, equipos de cómputo, video beams, aulas audiovisuales, actualización de infraestructura, material bibliográfico, bienestar universitario y gastos administrativos, entre otros. Sin embargo ante esta grave situación que involucra directamente la calidad de la formación de futuros profesionales y el desarrollo de la sociedad colombiana, el gobierno de Juan Manuel Santos ha respondido con un aumento en el presupuesto de tan solo 100 mil millones para este año, sin mencionar que el Ministerio de Educación Nacional -MEN- tiene como propuesta que sea destinado así, el 25% de acuerdo con la asignación histórica, 25% a la ampliación de cobertura y el restante 50% al cumplimiento de metas en dicha ampliación. Por otro lado se tiene 1.5 billones provenientes de la hace poco aprobada Reforma Tributaria[2], los cuales serán trasferidos por sólo tres años, para todas las Instituciones de Educación Superior -IES-, (universidades, instituciones técnicas y tecnológicas, Bellas Artes) partida en la que se calcula a la Universidad del Valle le corresponderá 60 mil millones; lo que en resumen es una continuación del mismo modelo de financiación actual que exige cumplimiento de criterios “académicos” sin contar con el presupuesto adecuado. Cabe entonces preguntar ¿pasados los tres años cómo se seguirá financiando a los nuevos estudiantes que ingresen a la universidad pública?
En este marco la Universidad del Valle, su comunidad y los estudiantes nos preparamos este semestre para adelantar importantes discusiones que definirán en gran parte su rumbo; como la propuesta de Reforma a la Política Curricular, la posible reforma al Reglamento Estudiantil (Acuerdo 009 de 1997), la aprobación de la Política Ambiental, el rumbo del Hospital Universitario del Valle centro de prácticas pre-profesionales de los estudiantes de la Facultad de Salud y la relación con la región representada en la propuesta de modificación del Sistema de Regionalización a Seccionalización, que se viene gestando desde el año 2009 y no ha sido socializado de manera amplia y democrática con los estudiantes, los principales actores en cada una de las sedes, por tanto es necesario y urgente adelantar espacios de conocimiento y disertación profunda de esta propuesta, en cuanto a financiación, formación académica, bienestar universitario, investigación, esferas determinantes para la formación de profesionales, que a la fecha en las sedes regionales de la universidad cuentan con un presupuesto insuficiente administrado desde un modelo público-privado de fundaciones, con una base de docentes ocasionales y hora cátedra, bienestar universitario limitado al área cultural y deportiva, condiciones que van en detrimento de la calidad académica y que son perentorio cambiar juntos, es por ello que como representación estudiantil exhortamos a todos los estudiantes a estudiar organizada y conjuntamente en detalle estas propuestas y definir consecuentemente lo que más requiere la universidad para todos.
Ante este turbio panorama, los estudiantes de pregrado y posgrado de toda la Universidad del Valle y el territorio nacional tenemos una única oportunidad para arrebatarle nuestra educación y sueños al mercado neoliberal; es tiempo de organizarnos unificada y democráticamente para emprender la pelea más importante que le ha correspondido a esta generación: ¡conquistar la Nueva Ley de Educación Superior!, gratuita con calidad, autonomía y bienestar, que le aporte a un país con soberanía, democracia y paz. Para esta ardua labor histórica contamos con las herramientas de los principios rectores de la educación, condensados en la Exposición de Motivos y nuestro borrador de articulado de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil -MANE- que debe ser masivamente difundido, apropiado y respaldado por nosotros, profesores, trabajadores, académicos, padres de familia y la sociedad colombiana en general.
¡A conquistar juntos la nueva ley de educación superior
Para un país con Soberanía, Democracia y Paz!
Viva la Mesa Amplia Nacional Estudiantil -MANE-
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@RepreEstAcademic
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[1] Página 23, Informe: Desfinanciamiento de la Educación Superior Colombiana. La Realidad de la
Crisis en el Sistema de Financiación de las Universidades Estatales. Sistema
Universitario Estatal -SUE-. 2013 (revisar año)
[2] Mientras las 80
IES que hay en el país recibirán por periodo de tres años 1.5 billones, las
multinacionales minero-energéticas y de comunicaciones como Claro del hombre
más rico del mundo Carlos Slim, se ahorraran 8 billones en impuestos que no
tendrán que pagar.
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